FALLECIÓ EL PROF. DR. (mult. h.c.) DAVID BAIGUN
Hoy, 2 de
octubre de 2015, ha fallecido el Prof. Dr. David “Tute” Baigún. Pampeano de
Macachín, nacido el 19 de marzo de 1926, se trata sin dudas de uno de los más
grandes maestros del Derecho Penal que ha conocido nuestro país y su pérdida
física sume en una enorme pena a todos los que tuvimos el privilegio y placer
de conocerlo y recibir sus enseñanzas, que excedían lo científico para ser un
verdadero ejemplo de vida, de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace,
de prédica con el testimonio del propio actuar, de un compromiso inalterable
con la ideas y una vocación insaciable por hacer todo lo necesario para que no
quedaran sólo en eso, sino que operaran sobre la realidad contribuyendo a la
construcción de espacios institucionales que reprodujeran y transformaran el
medio circundante, la sociedad, en una dirección invariable de calidad
republicana, democrática y coherente con el ideal que proyecta el sistema
internacional de derechos humanos.
La fría
recopilación de datos curriculares relevará que fue Doctor en Derecho y
Ciencias Sociales (UBA, 1970), con calificación sobresaliente, Profesor
Consulto Titular de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la UBA,
Presidente del INECIP, Vicepresidente del CIPCE, Presidente de la Sección
Argentina de la AIDP, Director de la Maestría en Derecho Penal del Mercosur de
la UBA , Director de la carrera de Especialización en Derecho Penal de las universidades
de Buenos Aires, del Comahue, del Centro, de la Patagonia San Juan Bosco y
también de Mar del Plata, en la que hace pocos meses comenzó su tercera cohorte.
Su
importantísima producción individual en libros, artículos, notas, comentarios,
traducciones y prólogos, tanto en nuestro país como el extranjero, fue
acompañada de una no menos intensa tarea de difusión de la producción
científica de terceros, reflejando el estado de situación de la discusión más
actualizada de todas las ramas del campo penal a partir de la dirección de
medios como las revistas “Nueva Doctrina Penal” (había sido, antes, secretario
de redacción de “Doctrina Penal”) y “Pena y Estado”.
Participó en numerosas comisiones de reforma
del Código Penal, dirigió el Centro de Asuntos y Estudios Penales del Banco
Central de la República Argentina en los albores del retorno a la vida
democrática, recibió el premio Konex de Platino en su área de experticia en
2006, doctorados honoris causa en nuestro país y el exterior y la Universidad Nacional
de Mar del Plata lo designó por OCS N° 1629, a fines de 2011, “Profesor
Extraordinario en la categoría de Profesor Honorario con la distinción de
Académico Ilustre”.
Siguiendo una larga tradición
de intervención en defensa de perseguidos políticos, una de sus últimas
intervenciones de relevancia fue patrocinar la querella criminal conjunta
presentada por varios organismos de derechos humanos para el juzgamiento en Argentina de los delitos de genocidio y/o de
lesa humanidad del franquismo, cometidos entre 1936 y 1977, aún sin perseguir
en España, que se encuentra en trámite ante la justicia federal de Buenos
Aires.
Al momento de su ausencia
física, creo es claro para toda la comunidad académica que su presencia
espiritual e intelectual se mantendrá en su obra y el testimonio de todos los
que tuvimos la suerte y privilegio de haberlo conocido y compartido algo de su
tiempo en distintas aulas diseminadas por el país y el extranjero, lo que se
agradece en la persona de su querida esposa, Cecilia, y sus hijos y nietos.
A continuación se incluye el texto de la
Laudatio al Prof. Baigún en ocasión de investirlo como Profesor Extraordinario
de la UNMDP, en noviembre de 2011.
LAUDATIO AL PROF. DR. DAVID BAIGÚN
Por el Prof. Mg. Marcelo A. Riquert
Confieso que me costó mucho escribir estas palabras de presentación del
Prof. Dr. David Baigún y lejos estuve de poder imaginar cuando le conocí
personalmente hace ya más de 23 años que hoy estaría aquí, como docente de esta
casa de altos estudios, tratando de resumir en pocos minutos las variadas
razones que justifican su reconocimiento por la UNDMP.
Podría estar recitando
durante un largo rato fríos datos seleccionados de su profusa historia
curricular. Esos ya están en la
OCS 1629, por la que se le acuerda la distinción que hoy
recibe. Si bien este tipo de datos objetiviza parcialmente
la dimensión laboral o académica de nuestro homenajeado, no es por un mero recuento
de títulos o cargos que en esta unidad académica pensamos que es merecedor de su
designación como Profesor Extraordinario en la categoría de Profesor Honorario
con la distinción de Académico Ilustre.
Hace
muy pocos meses atrás, el 10 de enero de 2011, el prof. David Baigún recibía el
doctorado honoris causa de la UCLM. Su
“Laudatio” fue escrita por un querido amigo en común, el prof. Nicolás García
Rivas. En esa ocasión, destacó que se da en “Tute” una excelente trinidad: el
científico, el maestro y la persona. Esta es la observación que quisiera hoy
rescatar, una suerte de enfoque “trialista” o el reconocimiento de todas esas
dimensiones que por su envidiable coherencia motivan este otorgamiento que es
muy probable hubiéramos tenido que realizar ya hace mucho.
No
dejo de advertir que el problema de imposibilidad de ser sintético se habrá
multiplicado por tres. Por eso, arbitrariamente, recordaré sólo algunas perlas de
las que jalonan su historia vital y creo exponen con suficiencia aquella
renovada afirmación.
Baigún
comienza sus estudios en la UBA
en 1943, egresando en 1948. Él mismo ha descripto el entorno de clases como no
muy estimulante en lo político y en lo pedagógico. Lo primero por su activismo
en el movimiento reformista en un momento de impulso del pensamiento fascista
hacia el interior de la universidad. Lo segundo, por la exclusividad de
conferencias magistrales ante una multitud de alumnos que no participaban ni
tenían mayor contacto con el docente, por lo que afirmó “diría que desde esa época me ha quedado un claro rechazo a ese tipo de
enseñanza impersonal y alejada del alumno”.
Su
inicial inclinación hacia el derecho penal se manifestó en la lectura de la
obra de Ferri, de Eusebio Gómez y la asistencia a las clases de Alfredo
Molinario, aunque definió a la militancia política como su eje de aquella
época, por lo que lejos de encerrarse en discusiones acerca de la
interpretación de la ley, buscó una base filosófica, política y científica más
amplia para el derecho penal. Lo cito nuevamente: “desde entonces me ha quedado una preocupación permanente por la
interdisciplina”.
Simple
afiliado al Partido Comunista argentino, estudioso del pensamiento marxista y
conocedor de las discusiones de la izquierda europea, sus primeros años de
ejercicio profesional fueron de intensa actividad como defensor de presos
políticos y militantes perseguidos, miembros del movimiento estudiantil de
orientación socialista.
En
1958 conoce personalmente a quien fuera su maestro, quien ejerciera sobre él
una, en sus propias palabras, “influencia
intelectual decisiva”: el exiliado profesor español Luis Jiménez de Asúa,
quien es contratado por la UBA
y pasa a dirigir su Depto. de Derecho Penal hasta la intervención militar de
1966. Es en ese ámbito donde Baigún pasa los que define como “años de mayor intensidad en la formación”,
trabajando con textos no sólo alemanes sino también italianos, tanto los de la
biblioteca que habían comenzado a formar en el Depto. como los personales del
director.
Precisamente
es a “Don Luis” a quien evocara cálidamente en su “Lectio Doctoralis” en la
ciudad de Toledo, al que le reconoce una especial vocación en formar gente, resaltando
que era algo a lo que dedicaba gran fuerza y entusiasmo, transmitiendo a los
jóvenes la vocación por el derecho penal no sólo como conocimiento técnico sino
casi como un eje de su vida. Jiménez de Asúa fallece el mismo año en que Tute
accede a su título de doctor, 1970. Yo apenas llegaba a los 8 años de edad y no
puedo dar fe de cómo funcionaba ese programa de trabajo que tenía con los
jóvenes. En cambio, puedo contar que 18 años después y siendo un recién
nombrado Secretario Penal del Juzgado Federal Nº 1 de MDP, tuve el privilegio
de conocer personalmente al discípulo.
Hasta
ese año 1988 muchas cosas habían pasado en su vida: el alejamiento de la UBA en el 66 y el refugio en
el Instituto de Estudios Superiores dentro de la Asociación de Abogados,
luego el Centro de Investigaciones Internacionales y la conformación del grupo
que haría la revista “Nuevo Pensamiento Penal” y, luego, su sucesora “Doctrina
Penal” bajo la dirección de Núñez y de la que Baigún fue uno de sus Secretarios
de Redacción. Hubo un breve retorno a la universidad entre 1973 hasta la
intervención de 1974, con la que nuevamente queda afuera hasta la vuelta de la
democracia, momento desde el que se mantiene hasta el presente.
Siguió
invariablemente asumiendo la defensa de personas perseguidas políticamente en
modo prácticamente ininterrumpido hasta 1983. En particular, a partir de 1976
vinculado a la Liga
por los Derechos del Hombre y a la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos en el trabajo de presentación de hábeas corpus a favor
de los desaparecidos y manteniendo líneas de contacto con los organismos del
exterior para defensa de presos políticos.
Retomo
entonces en el ’88, cuando llegaba Baigún hasta la ciudad como parte de sus
tareas de Director del “Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad
Económica ” del Banco Central de la República , procurando
concretar una activa persecución de la delincuencia financiera por vía de
presentar al Banco como querellante en este tipo de causas (el Centro sería
disuelto con el cambio de gobierno, en 1989, pero significó un cambio de
orientación o giro del trabajo intelectual de nuestro homenajeado, que pasó a
concentrarse en la delincuencia económica y le valiera el Premio Konex de
Platino en el año 2006 en el área de Humanidades en la categoría Derecho
Administrativo, Tributario y Penal).
En
lo que ahora me interesa recordar, Tute, después de unos minutos de charla en
la que indagó un poco sobre la formación (escasa) del joven funcionario, me
mandó a estudiar… Sólo que lo hizo de la mejor manera posible, indicando el
camino (no es su culpa que yo me hubiera extraviado), sugiriendo un método y
lecturas pero, sobre todo, dejando el mensaje de que estaba a disposición para
lo que se lo necesitara en lo académico, que transmitiera hacia la Facultad y hacia el
Instituto de Derecho Penal del Colegio de Abogados que, desde su lugar en la UBA , podíamos contar con él
para organizar todo tipo de actividades.
En
los años subsiguientes, accedió a venir a cuanta invitación se le hizo (muchas
de ellas, como hoy, acompañado de quien no sólo es un par en lo académico
dentro del área del derecho civil sino, mucho más importante, su compañera
inseparable en la vida: Cecilia Grossman). Participó de cursos, ciclos de
conferencias, Congresos, Encuentros de Profesores o Seminarios de Investigación
(en los que con más de 80 años le hemos visto en el 7° piso de este edificio
dar el ejemplo de ser el primero en llegar, el último en irse y pasarse el día
entero escuchando y discutiendo sobre derecho penal durante varias jornadas
seguidas, que terminaban invariablemente con sus preguntas ¿y esto cómo sigue ahora? ¿qué vamos a hacer con este trabajo?). Nos
ha enseñado en estas aulas tanto sobre falsedades documentales, como los
delitos de peligro, los delitos bancarios y societarios, presentado un modelo
de abordaje al problema de la responsabilidad penal de las personas jurídicas,
debatido formas para la persecución de la corrupción pública o insistido sobre
la necesidad de armonizar, de acercar
áreas legales de interés común en materia penal en el MERCOSUR, entre tantos
otros temas.
En
la década pasada se transformaría en el Director de la carrera de
“Especialización en Derecho Penal” en esta casa de estudios, convenio mediante
con la UBA ,
posgrado que ya ha cumplido dos ediciones en MDP y una más en la vecina
Necochea. Un detalle adicional: donó sus honorarios con cargo a la compra de
libros para conformar la biblioteca del departamento de derecho penal.
No albergo la menor duda de que “Don Luis” estaría muy contento si
viera cómo su vocación prendió en aquél joven discípulo, si viera cómo sigue ejerciendo
la docencia, predicando y practicando un derecho penal conforme a estado de
derecho: creando y dirigiendo la carrera de Maestría en Derecho Penal del
MERCOSUR en la UBA ,
las revistas “Nueva Doctrina Penal” y “Pena y Estado” o, junto a nuestro otro
homenajeado de esta tarde, el Prof. Zaffaroni, una obra de referencia como es
el “Código Penal” anotado con doctrina y jurisprudencia que ya alcanzó el 10°
tomo. Por si fuera poco, patrocinando primero y, luego, defendiendo ante los
medios de comunicación en la propia España la querella criminal conjunta
presentada por la ASOCIACION DE RECUPERACION DE LA MEMORIA HISTORICA ,
las ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, la LIGA ARGENTINA POR LOS DERECHOS DEL HOMBRE, la COMISIÓN PROVINCIAL
POR LA MEMORIA ,
la ASAMBLEA
PERMANENTE POR LOS DERECHOS HUMANOS, el CENTRO DE ESTUDIOS
LEGALES Y SOCIALES (CELS), la
ASOCIACION DE EX DETENIDOS–DESAPARECIDOS, la FEDERACIÓN DE
ASOCIACIONES GALLEGAS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA , el INSTITUTO DE ESTUDIOS
COMPARADOS EN CIENCIAS PENALES Y SOCIALES (INECIP) y el COMITE DE ACCION
JURIDICA, para el juzgamiento por la comisión de los delitos de
genocidio y/o de lesa humanidad del franquismo, cometidos entre 1936 y 1977.
En definitiva, este joven profesor y litigante de 85 años de edad,
sigue con pleno ímpetu mostrándonos el camino en lo científico, en lo
pedagógico y, sobre todo, en lo personal. Esto, una trayectoria de vida pero
también su actualidad, es lo que hoy reconocemos y distinguimos desde la Universidad Nacional
de Mar del Plata. Muchas gracias a todos.
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